15 de febrero de 2013

Otras realidades, otra vez...




Como animales que somos adaptados al medio terrestre de nuestro planeta percibimos una realidad limitada, en consonancia con nuestro modo de vida y que nos garantiza, dentro de ciertos márgenes, nuestra supervivencia como especie. Pero hemos adquirido una consciencia debido al gran desarrollo que ha tenido nuestro cerebro y que no parece ser tengan otros animales aquí en la Tierra, al menos tan desarrollada y potente. Esta consciencia nos permite, entre otras cosas saber que existimos, conocer nuestro yo y hacernos una serie de preguntas que, probablemente, otros animales no se hacen: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Tenemos una misión en esta vida? ¿Qué nos sucederá después de la muerte? ¿Cómo es el Universo?....

Gracias a nuestra inteligencia hemos fabricado una tecnología muy avanzada en relación a la de otros animales terrestres, que nos ha permitido ir conociendo cada vez mejor el espacio que nos rodea; es decir nuestra tecnología y nuestra inteligencia nos ha permitido llegar a comprender, en parte, como es el Universo; pero todavía tenemos mucho que aprender, que descubrir y que investigar. Nuestros sentidos solamente perciben nuestra realidad que nos ha permitido sobrevivir hasta la fecha pero intuimos, por lógica y razonamiento, que existen otras realidades que no conocemos. 

Parte de estas realidades las podemos ir vislumbrando gracias a la ciencia y tecnología que construimos y que cada vez son más poderosas; también nos han ayudado y ayudan en esta curiosidad nuestra, la filosofía, la metafísica, la mística, la parapsicología y otra serie de disciplinas; cuanto más abierta a lo desconocido tengamos nuestra mente e imaginación, en mejores condiciones estaremos de entender realidades que por nuestra naturaleza y con los conocimientos actuales no percibimos.

Dicho esto, se puede especular sobre qué tipos de realidades existen y que se nos escapan:
En primer lugar los satélites que detectan otras ondas del espectro electromagnético que se escapan a nuestro espectro visible nos pueden mostrar un universo diferente aunque más o menos previsible ya que el espectro electromagnético está bastante estudiado por nuestros científicos. 
Algo más desconocido puede ser la detección de ondas gravitacionales en el espacio que nos pueden enseñar un universo más completo y todavía desconocido; y no digamos la posible percepción futura de la materia oscura y el mejor conocimiento de la energía oscura, que nos pueden aclarar en gran medida la estructura y composición del universo.

También podemos acudir a la física cuántica y especular, según las aportaciones de esta sorprendente rama de la física, que sus principios se puedan aplicar al mundo macroscópico, es decir, al conjunto del universo, con sus nebulosas, galaxias, estrellas y planetas. De esta forma nos encontraríamos con un mundo de probabilidades, de universos alternativos y simultáneos. Además, según la dualidad onda-partícula de la materia, si nosotros fuéramos capaces de percibir el universo ondulatorio en vez del corpuscular, tendríamos una realidad del cosmos totalmente diferente: Veríamos un conjunto de ondas de diferente longitud y frecuencia que interfieren entre sí y entenderíamos mejor la interconexión de la materia-energía en el universo. 
 Y si consideramos la teoría de las cuerdas, con sus dimensiones extra, podemos imaginar dimensiones desconocidas simultaneas o nó a la nuestra y que incluso pueden interactuar entre si. He aquí que se abre una prometedora puerta de acceso a seres de otras dimensiones que entran en la nuestra como, alienígenas, fantasmas, fallecidos, espíritus, ángeles, diablos, dioses….

Y si consideramos el factor tiempo y especulamos con sus diversas teorías para explicarlo, nos podemos encontrar con realidades sorprendentes. Desde la que nos es más familiar en un espacio-tiempo relativista o einsteniano en el que la flecha del tiempo marca nuestra evolución en el universo, hasta entender el tiempo como una ilusión de nuestra mente, y por lo tanto inexistente, en una realidad atemporal y extraña, que no podemos entender ya que somos prisioneros del tiempo que percibimos….


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