9 de julio de 2008

La tectónica de placas, consecuencia de un planeta caliente



La Tierra tiene en su interior una considerable energía interna, que procede, en gran parte, de la energía gravitacional, al originarse el planeta y por otro lado de la derivada de los procesos radiactivos; esta energía (calor interno) mantiene al planeta en actividad geológica (es un planeta geológicamente vivo) y por lo tanto, su núcleo, su manto y su corteza están en continuo dinamismo. Analicemos dicho dinamismo.

La Tierra puede compararse a un motor cuyo combustible es esta energía interna.Todo el interior del planeta está en movimiento. Tanto el núcleo metálico (especialmente el núcleo externo fundido) como el manto, están en convección: las zonas más calientes se expanden, pierden densidad y suben; luego se enfrían, vuelven a hacerse densas y descienden; se establecen, así, las llamadas células convectivas; las altísimas presiones del interior del planeta facilitan el movimiento de este material, en principio sólido, en gran parte. Este flujo del material en convección, se transmite a la capa superficial del planeta y la rompe. Esta capa es la litosfera, capa sólida, rígida, y fría de unos 100 km de grosor, que comprende la corteza terrestre y una parte rígida y superficial del manto superior de la Tierra. Al fragmentarse esta capa se forman las placas litosféricas que se acoplan entre si como las piezas de un mosaico o puzzle;
Estas placas han ido variando en número, tamaño y forma a lo largo de la historia de nuestro planeta y pueden ser continentales, oceánicas o mixtas. Actualmente, hay siete grandes placas y alguna más de menor tamaño. Es en los bordes o márgenes de las placas donde se produce la mayor actividad geológica interna, como consecuencia de los movimientos convectivos del material del manto que, desde el interior, inciden sobre la litosfera y la rompen, por estos bordes de placa;
Se establecen, dos tipos de interacciones fundamentales entre las placas, en sus bordes:
1.- Alejamiento entre dos placas. Sucede como consecuencia de la salida de material fundido del manto a la superficie a través de las llamadas dorsales oceánicas, que a modo de cordilleras montañosas volcánicas sumergidas recorren los océanos como costuras de balón; este material emergente se solidifica y da lugar a suelo oceánico basáltico; de esta forma se crea litosfera oceánica y los océanos se extienden y crecen (expansión del suelo oceánico); se ha comprobado que los océanos actuales son estructuras geológicas jóvenes (no más allá de 200 millones de años de antigüedad en comparación con los 3.500 m.a. de los núcleos continentales más antiguos) y en continua renovación.
2.- Acercamiento entre dos placas. Cuando la biosfera oceánica se enfría, se densifica y tiende a hundirse en el manto; aparecen las zonas de subducción, en las cuales, dicha litosfera se hunde en el manto (subducciona) con una determinada inclinación, por debajo de otra placa que puede ser con borde continental u oceánico; de esta manera los suelos oceánicos (océanos) se destruyen en dichas zonas y se compensa su fabricación en las dorsales; por eso se están renovando continuamente; son como cintas transportadoras que por un lado salen (dorsales) y por otro entran (zonas de subducción); este movimiento en la horizontal de los océanos tira de los continentes y estos también se mueven en la horizontal (deriva de los continentes).
Las placas litosféricas son como grandes balsas interconectadas en movimiento sobre las que cabalgan los continentes, los cuales se alejan entre si, se acercan, incluso chocan y se forman supercontinentes que a veces son únicos en la Tierra y se llaman pangeas. Cuando la subducción del suelo oceánico se agota y el océano desaparece, el continente que viene detrás choca con la otra placa; si esta tiene un continente en su borde se produce el llamado choque o colisión continental y como consecuencia se construyen abruptas cordilleras montañosas: Tenemos un ejemplo reciente: la construcción del Himalaya como consecuencia del choque entre la India y Eurasia desde hace unos 65 m.a. En zonas de subducción también se construyen cordilleras montañosas u orógenos, debido a esta subducción; pero éstas son menos abruptas y flanquean zonas continentales como por ejemplo los Andes y las Montañas Rocosas.
Cuando en el planeta, hay una activa construcción de cordilleras como consecuencia de una mayor actividad geológica interna en un lapso de tiempo determinado o debido a un a etapa de deriva continental activa, después de la fragmentación de una pangea, decimos que estamos en un periodo geológico de orogenia (construcción de montañas), la cual puede durar varias decenas de m.a. Las dos orogenias más recientes han sido la herciniana (en el Carbonífero) que ha dado lugar, entre otras cordilleras, a los Apalaches y Urales, y la alpina (a partir del Triásico), la más reciente, que ha originado, las cordilleras actuales más representativas, como los Alpes, los Andes, las Montañas Rocosas y el Himalaya, las cuales son, como es lógico, las más jóvenes, abruptas y menos erosionadas del planeta.
Además de estos dos tipos de interacciones en los bordes de placa, también hay zonas geológicamente activas en el interior de las placas: son los puntos calientes, que pueden afectar al interior de continentes o al interior de océanos; son consecuencia del ascenso de columnas de material a alta temperatura, procedentes de la base del manto (plumas o penachos convectivos). Cuando este material llega cerca de la superficie, debido al descenso de presión, se funde y provoca vulcanismo; Ejemplos actuales son las islas Hawai en el océano Pacífico y la meseta basáltica del Decán (India) en el continente eurasiático.
Como se puede suponer, como consecuencia de las enormes tensiones que se producen por la fricción de las placas en sus bordes, en especial en las zonas de subducción y de choque continental, se producen todo tipo de manifestaciones geológicas endógenas en estos bordes, tales como terremotos, volcanes, construcción de rocas magmáticas de todo tipo y metamórficas, deformación de los materiales corticales (pliegues y fallas), formación de erógenos o cordilleras montañosas, islas y archipiélagos volcánicos (Japón, Filipinas)….De esta forma, los bordes de placa son las zonas con mayor actividad geológica del planeta y esto lo sufren las poblaciones humanas que viven en dichas zonas, pues son castigadas por terremotos y erupciones 
 volcánicas.